ARC: Selecciones su canal

Quienes hayan utilizado alguna vez la Autopista Regional del Centro (ARC: Caracas-Valencia) es posible que compartan de alguna forma lo que les voy a comentar. Si ustedes pensaban que esta era una vía automotriz, están equivocados. La denominación oficial es: speed testing site.

En el canal rápido de la Autopista Regional del Centro, sin importar la velocidad a la que se circule, aproximadamente cada 20 segundos se puede interpretar con facilidad un mensaje en clave Morse (enviado con las luces de los carros) que se lee en tu espejo retrovisor, y que dice: "...quítate won, voy más rápido y tengo más derecho a circular por este canal que tú...". Esto es una especie de orden para que te cambies inmediatamente y sin chistar al canal lento, de modo de permitirle al mensajero que pueda pasar con tranquilidad.

El canal lento, de los atravesados, o canal central para evitar los eufemismos, es del dominio de las gandolas, camiones y autobuses que van tanto o más rápido que los del mismo canal rápido, pero que también te transmiten el mensaje para que te pases al hombrillo de inmediato y ellos puedan evitar pasarte por encima. El hombrillo, o canal más rápido y peligroso de los tres, es el recurso de los que van adelantando por la derecha a velocidades supersónicas (no les da tiempo de enviarte la señal de “quítate”); también en ese canal van los que circulan a 50 kph o menos porque van en una carcacha, y de los pendejos como yo, a quienes a veces le cuesta sentir orgullo del gentilicio venezolano. Ni se les ocurra accidentarse o estacionarse allí, el hombrillo no es para eso. Si a uno le provoca accidentarse un rato o pinchar un caucho, o, de repente, antojarse de que se le prenda una luz roja en el tablero, pues tienes que lanzarte para el monte o esperar hasta la próxima salida.

Todavía no he podido seleccionar el canal adecuado a mi deseo de circular tranquilamente por la autopista. En lugar de esto cada viaje se convierte en una experiencia de hostigamiento y agobio. Me consuelo como un pendejo pensando en un "perdónalos señor, no saben lo que hacen", pero concluyo que los verdaderos responsables de las atrocidades que se cometen en la autopista no son los conductores, son sus vigilantes, los que sirven y protegen. Los mismos que en una oportunidad, encarnados en la figura de un funcionario más una patrulla, me detuvieron para informarme (y regañarme) porque yo iba circulando a una velocidad inadecuada, por un canal inadecuado (iba a 100Km/h por el canal rápido).

La próxima vez que se vean en la necesidad de circular por la ARC, por favor, bajen el volumen del retrovisor para que no escuchen tan fuerte el insulto en Morse y procuren circular por el monte, si quieren ir más tranquilos.

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