Las criptocosas invadieron nuestro imaginario

Las cadenas de bloques, las criptocosas y el palabrerío ese de moda ya están en el vocabulario: ...eso que dijiste está como críptico, decimos ahora cuando antes era: ...no te entiendo un coño. Parece que estamos evolucionando.

Dejando aparte las sutilezas y los detalles no tan simples de la nueva cibervida, me ocuparé de describir varios de esos términos para ayudarme a comprender las ventajas crematísticas de esta reciente forma de pagos y ahorros. Intentaré explicar qué son esos apellidos que rodean al Petro y cómo podemos utilizarlos a nuestro favor: billeteras, certificados de ahorro, Petro wallet (petrogualet, le dicen), monedero patria, etc.

Intenté hacer antes una explicación sobre lo que significa el Petro como unidad de valor y de la tecnología que lo soporta, las cadenas de bloques (blockchain), y otras circunstancias importantes. Ahora, explicaré los instrumentos monetarios que han surgido de la instrumentación del Petro como medio de pago.

La primera de ellas fueron los Certificados de Ahorro en Petro. La difusión se intensificó más o menos con aquel regalo de medio Petro que en diciembre del 2018 el Presidente hizo como un “tercer” mes (adicional) de aguinaldo para todos los pensionados. En esa fecha, también era posible comprar esos mismos certificados, de forma individual y libre, con los fondos disponibles que uno podía tener en el Monedero del Carnet de la Patria, con 1.800 bolos. Un Certificado de Ahorro en Petros era exactamente eso: un Certificado de Ahorro; no era un Petro. Era un certificado con el valor de medio Petro que se podía canjear por bolívares si querías, lo que hizo un gentío. También se podía conservar como un instrumento de ahorro que no ganaba intereses, pero que se devolvería en bolívares al tenedor del certificado una vez que este se venciera.

La diferencia estaba (y está) en que la “devolución” al final en bolívares se hace al precio final (actual) del Petro; por eso es un “ahorro”. Es decir, esos 1.800 bolívares que valía ese medio Petro que regalaron en diciembre del 2018, hoy sigue valiendo el mismo medio Petro, pero si lo valoramos en bolívares a la tasa actual, son ahora cerca de 1.400.000 (27/12/2019). Y esos pagos fueron más o menos lo que el programa de Ahorro en Petros hizo cuatro veces durante el año que transcurrió, devolviendo una “amortización” parcial al final de cada trimestre transcurrido desde la entrega del certificado. Según el plan, cada trimestre se “devolvió” en bolívares un 25% del medio Petro entregado en diciembre, calculado a la tasa vigente de cada momento. Estas devoluciones aparecieron como amortizaciones en el Monedero del Carnet de la Patria.

Insisto, lo que se tenía entonces era un certificado de ahorros que se iba amortizando (devolviendo) en cuatro partes iguales, una al final de cada trimestre, siempre en bolívares calculados a partir de la tasa actual de cambio del Petro. Al final de las cuatro amortizaciones, pues el medio Petro completo se había amortizado y ya no teníamos nada en la cuenta. Nunca se tuvo ni el medio Petro del aguinaldo, ni los Petros adicionales que voluntariamente se ahorraron, lo que se tenía era un Certificado de Ahorro por medio Petro que se devolvía en bolívares según su valor en cada momento. Es igual a los certificados de Ahorro en Oro, o en Dólares, o en Yuanes, etc. Muchas entidades financieras en el mundo ofrecen este tipo de instrumentos para que la gente ahorre sus churupos, utilizando diferentes medios de respaldo, como minerales, bienes raíces, bienes básicos (commodities), etc. En Venezuela, el Gobierno hizo algo parecido utilizando nuestras reservas petrolíferas certificadas como respaldo a ese ahorro.

Fíjense que el término “ahorro” significa entre otras cosas conservar. En el caso que nos interesa, el ahorro se refiere a conservar el valor del dinero. Si pensamos en la cantidad de bolívares que hicieron falta para acceder a medio Petro hace un año y lo comparamos con lo que vale ahora podemos tener una referencia de lo que llaman el rendimiento de la inversión. Esos 1.800 bolívares de diciembre del 2018 se convirtieron en 1.400.000 en diciembre del 2019. Si se compara esta variación con lo que se ha depreciado el bolívar en ese mismo lapso podremos decidir si el valor del capital invertido se ha conservado o no, y en qué proporción. Por ejemplo, si con esos 1.800 bolívares se podía comprar en diciembre del 2018 un kilo de carne, y ahora el mismo kilo de carne cuesta 1.400.000, entonces el valor del dinero se conservó, se mantuvo igual, porque se pueden adquirir los mismos bienes con la misma cantidad de dinero trasladada en el tiempo. Si por el contrario, ahora el mismo kilo de carne cuesta 1.000.000, entonces la inversión no sólo se mantuvo sino que incrementó su valor en un 40%. Y si la carne costara ahora 1.800.000, pues significaría que se ha depreciado cerca de un 20%. Esto de los rendimientos es un tema complejo y está aparte de lo que quiero explicar acá, sólo lo menciono para que quede claro que invertir o mantener el dinero en Petros puede ser una forma de mantener el valor del dinero en el tiempo, sin tener que recurrir a la compra de divisas. Cada quien hará su evaluación y decidirá sobre la conveniencia de hacerlo o no.

Ahora, ¿qué pasa con el medio Petro que de nuevo están regalando a los pensionados en el 2019? Pues casi lo mismo del 2018, aunque con la enorme ventaja de que ahora sí es medio Petro de verdad-verdad; no es un certificado de ahorro, es un dinero contante y sonante que podemos utilizar ya mismo para comprar cosas. Sin embargo, como es un dinero equivalente al que tenemos en cualquier cuenta de ahorros o corriente, tenemos que seguir trámites adicionales para disponer de ellos, similares a los que hicimos para abrir nuestras cuentas con bolívares en el banco. En el caso de tener criptoactivos o criptomonedas, los “bancos” para almacenarlas son algo diferentes a los convencionales, el acceso a ellos es a través de lo que llaman monederos electrónicos o electronic wallets (eWallets) y hay varios en el mercado nacional que se pueden explorar (Neteller, MyeWallet, Skrill, AmberesCoin, CriptoLAGO, etc.). Los más promocionados por el Gobierno son la PetroApp (la información sobre el Petro está AQUÍ y AQUÍ) y la Criptobilletera del Banco de Venezuela. Pero quizás hasta el Carnet de la Patria posiblemente se podrá utilizar en el futuro como otro monedero electrónico más.

¿Cómo funciona este banco de Internet? Se puede decir que cada quien es dueño de su propio banco, uno se identifica con una etiqueta llamada hash que es una cadena con un montón de caracteres, más o menos así: “pD4fFrgmYK9..Jfsdp%XxX”. Unas letras sin mucho sentido aparente con las que se identifican en Internet, el espacio “electrónico” donde existen esas cosas, la identidad del propietario del monedero. Es decir, si me vas a transferir unos Petros, te doy mi identificador hash (una especie de cédula electrónica) para que puedas hacer la operación, en la misma forma en que te daría mi número de cuenta del banco para que me hagas una transferencia en bolívares. Igualito. Estos monederos son como bancos universales en criptodivisas, porque no sólo aceptan Petros, sino que manejan también otros criptos como BitCoin, Dash, LiteCoin, etc. De hecho, el Carnet de la Patria maneja bolívares y Petros. Lo cierto es que estos monederos electrónicos son iguales a los portales de los bancos desde donde hacemos nuestras operaciones bancarias, sólo que están dedicados a manejar criptos, principalmente. Desde ellos puedes tener acceso a varios servicios: comprar, vender o intercambiar criptos; transferir, pagar servicios, ahorrar; pagar como con una tarjeta de débito en comercios, biopagos, etc.

Es así como para poder utilizar los Petros (criptos) que tengamos, regalados o comprados, debemos utilizar los canales apropiados para hacerlo: nos registramos como usuarios de un monedero electrónico y listo. Y en caso de que simplemente querramos dejar ahorrado el medio Petro que transfirió el Gobierno a los pensionados a través del Carnet de la Patria, no hace falta hacer nada. Ya están ahorrados, se pueden quedar ahí hasta que se aprenda cómo transferirlos o utilizarlos, o como medio para conservar el valor del dinero en el tiempo, tal y como se describió al principio.

También se pueden convertir en bolívares, aunque sea una estupidez, porque cada Petro vale unos $60, independientemente de lo que diga dolartudei que vale el bolívar frente al otro. Si se tienen Petros no hace falta cambiarlos a bolívares (se perdería en el cambio), porque ya hay un montón de tiendas y comercios que los están aceptando como medio de pago y porque su valor es muchísimo más estable que el del bolívar, ya que depende de otros parámetros. Si efectuamos una compra y pagamos directamente en Petros, la tasa de cambio por el precio en bolívares desde los $60 que vale cada uno se calcula según la oficial del Dicom. Mientras que si queremos cambiar Petros por bolívares, lo hacemos a través de oferentes y demandantes, un mercado directo donde la tasa de cambio la define la oferta y la demanda. En este momento, mientras está comenzando a utilizarse el sistema y hay un montón de inconformes desesperados por cambiar “...el medio petro ese que regaló el rrRégimen...”, es decir, un montón de ofertantes frente a un pequeño grupo de caza-güiros demandantes, pendientes de encontrar cada uno un pendejo que les regale sus Petros ($30) a precio de desesperado. Además que debes cancelar una comisión por la transacción. En este momento, la oferta de venta de Petros es mucho mayor que la demanda de compras, por lo que el precio tiende a bajar. Por ahora no vale la pena venderlos, más vale comprarlos.

Pero si insistes en la torpeza de cambiarlos a bolívares, quizás porque los necesitas con urgencia y tienes que pagar en bolívares, pues desde el portal del Carnet de la Patria se pueden ofrecer los Petros a eventuales compradores, haciendo desde el área del “Monedero” lo que se llama un “Intercambio”, para luego crear una “Cotización”.


Insisto, esta oferta que se hace es una de libre cambio, como en cualquier otro mercado de divisas (Forex), participas en un mercado de compradores y vendedores con las condiciones que se establecen al presentarla. Hay varios parámetros que debemos completar desde el portal, incluyendo la banda de precios (mínimo y máximo) en la que estamos dispuestos a vender los nuestros, el porcentaje de cada participación y la fecha tope para la oferta que hacemos.



Hay bolas rodando que aseguran que los Petros tienen fecha de vencimiento, lo cual es completamente falso. Lo que tiene fecha de vencimiento es la propuesta de venta (o compra) que cada dueño desesperado de Petros define en su oferta. El ofertante dice cual es el precio mínimo que aceptaría por los Petros que vende y el precio máximo. Si dices por ejemplo que vas a vender un Petro y fijas el precio de venta mínimo en $65 y la fecha de vencimiento es 10 días, pues si nadie te los compra en ese precio y pasan los 10 días, la oferta que hiciste se vence. Eso es lo que vence, y vence porque nadie acepta los términos de tu venta en el lapso que definiste, al igual que ocurre con cualquier subasta. Por ahora, la banda de precios los establece el sistema automáticamente, supongo que como una forma de regular el proceso de desarrollo del esquema y para evitar que los lambusios se aprovechen de un mercado de nervios y tumben el precio intencionalmente. Es un experimento pequeño y está en sus inicios, sujeto a demasiadas presiones para que colapse y fracase, así que debe mantenerse bajo estricto control y seguimiento. Pero en algún momento, seguramente el sistema será más libre para que pueda formarse un equilibrio natural de precios. La idea de que cada ofertante, en este momento, participe en un mercado abierto es tan simple como que quien te hace el regalo no puede ser el mismo que te lo compre, no tiene sentido que el Gobierno te regale medio Petro y además te lo compre con sus bolívares. Supongo además que se hace de esta forma, a pequeña escala, como una estrategia para ir permitiendo que el sistema encuentre lentamente su propio equilibrio de valores.

Hay bastantes portales serios que muestran cómo crear tu billetera, cómo transferir, etc. uno de ellos el de Lubrio y hasta el mismo portal del Banco de Venezuela, para aquellos que ya tienen cuenta allí y que opten por utilizar su Criptobilletera y todas las opciones de pago que están instrumentando.

Por ahora sólo recomiendo paciencia, revisar bien la información seria que está en la web, las oficiales de las instituciones bancarias, y buscar una persona de confianza que ayude con el proceso de alfabetización electrónica que está comenzando. El futuro será ese, así que no podemos ni esquivarlo ni sacarle el cuerpo, les aseguro que será tanto o más sencillo que los actuales sistemas de pago bancario a los que ya estamos acostumbrados con la banca nacional.

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