Energía y producción, partes de la Unidad de Cuenta Energética UCE

 

Aprovechando algunos conceptos que desarrollé en un escrito anterior (Unidad de Cuenta Energética: UCE), quisiera ahora agregar unas ideas adicionales relacionadas con la energía, la producción y la estrecha relación que hay entre ambas, pasando por una revisión de acciones económicas que acuso como trampas del actual sistema de producción y que falsamente se le atribuyen al Capitalismo. Antes analicé cuál es el problema de no comprender la trascendencia de la energía, ahora mostraré el origen del problema. No voy a defender al Capitalismo como una vía sostenible para la generación de riquezas, pero trataré de mostrar que el sistema económico que hoy predomina en el mundo no es capitalista, sino una barbaridad depredadora e irracional que se apoya sólo en los fundamentos teóricos que le convienen del Capitalismo, mientras esconde aquellos principios que no le producen tantas ganancias. Una especie de Capitalismo sui generis con reglas one-way.

Las reglas básicas del Capitalismo procuran el equilibrio entre la oferta y la demanda, estimulan la participación de cualquier ciudadano en un mercado de productores y consumidores que intercambian libremente sus bienes y servicios. Cuando se logra ese equilibrio, no existen productores ni consumidores que tengan la capacidad de manipular sustancialmente los precios, de forma que no haya monopolios ni monopsonios que perjudiquen los sanos intercambios del resto. Las utilidades que reciben y acumulan los productores se reinvierten para agregarle riqueza al espacio geográfico donde se gesta la producción, es decir, en el lugar desde donde salen, como decía Marx: los recursos materiales, la energía y los trabajadores, de forma tal que la comunidad entera crece, se desarrolla y el famoso goteo de la riqueza le llega parejo a todos. Procurar ese equilibrio y estimular esa participación son tareas de un Estado, el Gobierno político que lo conduce debe reforzar las condiciones y crear las instituciones necesarias para que todo el milagro ocurra. Es muy bello todo en la teoría, aunque eso no es lo que ocurre en la realidad.

Los países más desarrollados y sus Gobiernos han utilizado desde unos cuantos años para acá el eufemismo de la Flexibilización Cuantitativa para supuestamente dinamizar sus economías por la vía de aumentar la masa monetaria o el circulante que llega a los bolsillos de todos. Protegidos bajo el paraguas del esquema fiduciario, emiten alegremente circulante sin reservas de valor, literalmente crean “dinero” de la nada (un amigo dice que el respaldo de ese dinero no es en oro, sino en plomo: el de las balas). El parapeto se monta sobre la creación de una deuda pública que asumen todos los ciudadanos y que los Gobiernos prometen pagar algún día. Utilizando la misma lógica de la reserva de valor fiduciaria que tienen las monedas y sacando provecho de la UCE para financiar al sistema de producción, han pretendido convertir esa deuda como en una especie de reservorio equivalente de energía. Sin embargo, hay un detalle que olvidan o se hacen los locos: la energía no se puede sacar del aire, como sí lo hacen los billetes de las políticas monetarias con la creación de deuda.

Una deuda financiera que en el fondo es una deuda energética, usualmente se utiliza para “dinamizar la economía”, según explican, aunque en realidad se utiliza principalmente para mantener sistemas industrializados que pueden no ser tan rentables desde la base (otra vez, en términos energéticos), pero igual se cuelan en la mampara de la competencia que defiende el sistema de producción actual. Pueden competir y argumentar que son productivos sólo porque están subsidiados, no nada más con subsidios directos con capitales que salen del aire, sino ayudados también por la Flexibilización Cuantitativa que paga los salarios “diluidos” de los trabajadores. Los billetes vacíos llegan a las manos de todos. Entran al mercado mundial con una oferta que proviene de una ventaja competitiva que no tendrían si no fuera por el subsidio aéreo, y logran desplazar a los productores menos favorecidos, esos que no tienen tanto pulmón. Aquella primera regla que vimos del Capitalismo rueda por el piso, esa que condena las intervenciones ajenas o las manipulaciones desleales para no distorsionar el mercado.

Instituciones supranacionales como la Organización Mundial de Comercio se supone que velan por el “equilibrio y el estímulo” a las libertades económicas defendidas por el supuesto Capitalismo, pero termina siendo el patio donde los guapetones del planeta equilibran sus trampas, mientras le aplican las reglas impolutas del modelo a la competencia más débil para que ni siquiera se acerquen. En esta nueva era del mundo en el que los imperios no son geográficos, sino económicos, los países terminan apenas siendo bases de operación para las corporaciones y el capital internacional. Desde el accionar de los Estados se muestran los conflictos corporativos como si fueran problemas entre poblaciones, cuando en realidad son peleas por trampas entre compañías, abusos comerciales o excesos en cuanto a las prebendas otorgadas por los Gobiernos a una u otra, para explotar mejor a la población ¿Piensas que estoy inventando o exagerando? Consulta entonces el portal del Global Financial Integrity, un Think Tank capitalista que tiene años investigando estas marramucias y denunciando muchas de las tantas formas de hacer buenos negocios amparados bajo la sombra del Capitalismo. En eso se la pasan los países sin tanto aire: subsidiando energéticamente con recursos públicos (ellos piensan que son financieros, aunque ya sabemos que es un error esencial considerarlos así) empujando la producción de las transnacionales asentadas en sus territorios, de forma que en la competencia internacional puedan llevar precios con ventaja sobre otros productores (otros territorios) que no estén en capacidad de participar bajo condiciones similares (no es porque no quieran, sino porque no pueden) ¿Qué escuchamos los mortales desde el discurso público? Que la inversión extranjera es una maravilla porque crea puestos de trabajo y trae prosperidad a los habitantes.

Las ganancias que se reciben por unas ventas ya trucadas (subsidiadas) desde el principio, ni siquiera regresan al mismo espacio en donde se gesta la producción, sino que van directo a paraísos fiscales, donde además evaden el pago de impuestos. Es decir, los recursos materiales y financieros (energéticos, insisto) que generan escasez y deuda pública para los espacios geográficos de donde se extraen, reciben sólo migajas de las utilidades de la producción (el sueldo de los esclavos) y de los impuestos por las ganancias de esa producción. La justificación para el pago de impuestos es porque, a través de ellos se conforma el sustrato económico que da vida a los espacios productivos: educación de los trabajadores y mantenimiento de sus habitats, vías de trasporte, accesos, sistema legal, servicios públicos, seguridad, etc.. No sé de dónde sale la prosperidad que anuncian con pompa los capitales golondrinas, por el contrario, lo usual es que en los espacios que ocupan se mantiene tal ciclo permanente de extracción de riquezas y de energía que terminan empobrecidos estructuralmente, porque es un ciclo que deja muy poco donde funcionan mientras que los operadores del sistema, quienes aprovechan las ventajas económicas de los espacios, se quedan con prácticamente toda la utilidad del ejercicio. En esto consiste la promocionada "Globalización", en un proceso continuo de extracción de riquezas que van desde la periferia hacia la metrópoli, una explicación que describe el modelo del Sistema Mundo y que no tiene mucho que ver con la sana competencia que describe el verdadero Capitalismo.

Para ir resumiendo: los Gobiernos distribuyen recursos públicos de los Estados, los materiales de los territorios y las concesiones de maquila sobre la mano de obra barata, para aventajar económicamente a sus productores protegidos. Luego, los beneficios económicos de esos ejercicio se van fuera del espacio geográfico donde se generan y además evaden impuestos, mientras localmente dejan una deuda pública (energía) y el arrase de recursos, entre ellos la energía (otra vez, aunque real) extraída y producida en el sitio. Tremendo negocio ¿no? La regla capitalista de la reinversión y el consecuente goteo también rueda con estos procederes.

Sin embargo, el problema principal no es tanto que un sistema económico nos extraiga riquezas y las acumule, ni que lo haga en nombre de una teoría económica que no respeta pero vive de ella, ni que mantenga al 99% del planeta prensado por el 1% más rico. Todas esas son minucias. Lo más peligroso es que ese sistema lo hace amparado en una equivalencia entre dinero y riqueza que no tiene nada que ver con la equivalencia entre energía y supervivencia: no son las mismas Unidades de Cuenta. Lo más terrible es que este sistema económico pretende crear energía utilizando las mismas reglas de la creación del dinero. Un ejemplo con palabras más de moda: el sistema económico cree que puede “minar” energía como si fueran criptomonedas.

Según el Institute of International Finance, las principales economías del mundo tienen una deuda global de 281 billones de dólares ($281*10^12), lo que representa un 385% del PIB global que es más o menos como el sueldo del planeta (Ver más AQUI). Esa cantidad fuera de toda comprensión humana, asociada al precio actual del petróleo equivaldría a unos 5.600 billones de barriles, que como cualquier préstamo, en algún momento tendremos que devolver al sistema energético para recuperar el balance ecológico (Ojo: las reservas mundiales probadas de petróleo no llegan hoy a los 2 billones de barriles) ¿De dónde sacaremos entonces la energía para pagar esa deuda energética?, ¿de paneles solares? Porque si ese es el plan, saqué la cuenta y tendremos que cubrir el planeta entero con un panel circular equivalente y plano, del radio de la Tierra y dejarlo funcionando durante unos 46.000 años para recuperar el equivalente de esa energía adeudada ¿Será entonces que lo haremos con generadores eólicos? Bueno, pudieras hacer los cálculos por tu cuenta para que no creas que exagero. Aunque el origen del planteamiento es que esa gigantesca deuda no se asumió en dólares, como creemos y nos hacen creer, sino que finalmente debemos entender que se asumió en forma de energía "prestada" que se ha tomado “del aire” para edificar al sistema económico que tenemos y del cual dependemos más de 8 mil millones de seres humanos. Insisto, esta transacción es similar a un préstamo que pedimos al sistema biológico para construir el parque de diversiones que tenemos, y la única forma que tendremos dentro de unos años para pagar las cuotas del crédito será con el sueldo que el Sol nos envía fijo todos los días, y del que apenas podremos capturar un 10% de lo que estamos gastando hoy. No sé por qué lo pienso, pero creo que nos van a ejecutar la hipoteca dentro de poco: nos van a desalojar del planeta. Sobre todo ahora que nos estamos volviendo más malapagas después de la llegada del Covid-19, y que aún seguimos siendo clientes fieles y creyentes del actual sistema económico de producción.

La deuda energética que ahora todos tenemos que pagar está claramente mostrada por acumulación en el deterioro del ambiente, en las toneladas de CO2 y otros gases tóxicos que flotan en la atmósfera o están disueltos en los océanos; en la cantidad de ríos y mares que hemos envenenado, en la basura espacial, en las especies que hemos acorralado y extinguido, en el incremento de la temperatura, en todas las barbaridades que hemos acumulado durante el antropoceno. Y lo peor de todo es que ese 1% más responsable de seguir incrementando la deuda ecológica, está haciendo planes para montarse en un cohete y dejarnos en el basurero al 99% restante.

Tenemos una deuda que quizás podamos pagar en 46.000 años, pero los acreedores del clima nos dan plazo hasta el 2050 para cancelarla toda ¿Qué coño vamos a hacer?

Les dejo una visión del posible camino que tenemos por delante, de parte de Steve Cutts (gracias Steve, por todo ese trabajo)

Comentarios

  1. Saludos. Realista o Archipesimista ???. Esta actual Sociedad basa su funcionamiento en el Sistema de Producción Capitalista. y bajo su cobijo, TODO es MERCANCÍA por un lado, y el sistema se autoregula con la mano invisible del Mercado (???); además que su visión ES la de: disponibilidad de recursos infinitos. Todos estos "Axiomas" son primicias falsas que permiten los desequilibrios ya nombrados por ti, y lo peor, la Explotación indiscriminada de Recursos Ambientales y del mismo HOMBRE. Necesario será acabar con este sistema o moderarlo, primero; para luego poder acometer cambios sustanciales al modelo de producción y distribución de Energia consonos con el equilibrio medioambiental y de sobrevivencia humana.....digo.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario