Profesiones venezolanísimas: (2) El Gestor


He sido testigo presencial de cómo han mejorado, desde el cielo a la tierra, muchos de los trámites burocráticos que otrora consumían horas, días y hasta semanas para llegar a feliz término (en el mejor de los casos). Este era el medio de producción perfecto para cualquier conectado, conocido, empleado o exempleado de oficina pública que quería vivir de agilizar trámites por la vía de la comisión; la "mordida" como dicen los mexicanos. Hablaban y hablan paja del servicio, el fulano “sistema” siempre tiene la culpa de la desgracia por la que el ciudadano está casi obligado a pagar por sus servicios. Ningún trámite ha sido posible en este país si no es por la vía santa del gestor.

Ese trabajito se ha venido secando, sobrevive en parte porque algunos usuarios no se han enterado aún que muchos de los procesos están automatizados y son muy eficientes. Además, los funcionarios son muy atentos y hacen un buen trabajo, siempre dispuestos a ayudar a quienes lo requieran y con los servicios mínimos en la misma zona de la diligencia. No tienen por qué creerme, pueden confirmarlo ustedes mismos. No estoy exagerando ni adulando, puedo referir varias experiencias personales que avalan lo que estoy diciendo y que están por erradicar a los famosos gestores. Sin embargo, se niegan a desaparecer, son los primeros que hablan paja en la cola quejándose hasta de la temperatura del aire acondicionado de la oficina en donde resuelven problemas. Que se jodan, se les está acabando el negocio.

Su trabajo es muy sencillo, consiste en ofrecer sus servicios expresos y asegurar un final feliz para cualquier trámite burocrático. No importa si ya estás en la cola a punto de que te atiendan. Siempre habrá argumentos que te asusten, como por ejemplo que los documentos tenías que llevarlos en una carpeta color azul, con ganchos tipo doble “Z” y las hojas separadas con una cartulina verde. Requisitos que casualmente el gestor vende (más los tres juegos de copias que saca su amigo de la esquina), cosas con las que te va a evitar que pierdas la madrugada y el permiso en el trabajo. Su ganancia se basa en que tú no sepas que en el portal de la institución aparecen TODOS los requisitos para cada trámite y en muchos casos ni siquiera tienes que ir.

El gestor vive de lo que aún queda de la ineficiencia del Estado, de la complicidad de los empleados maulas, del desoficio de los supervisores irresponsables, de los trámites ineficientes y redundantes, del desorden administrativo, de la impunidad y el irrespeto a los ciudadanos. También de la complicidad de quienes los alimentan comprando sus servicios (la oferta y la demanda). En la medida en que estos elementos se erradiquen, en esa medida se irán extinguiendo las fuentes de la gestoría y de la corrupción en las instituciones del Estado. Sueño con ese día.

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